viernes, 4 de abril de 2014

Mañana otoñal. Las hojas de los árboles ya habían perdido su color natural y descendían lentamente sobre la vereda.
Todas las puertas de la pintoresca casa de la esquina se encontraban bajo llave. Las ventanas también, las cuales ocultaban desde hace días a las paredes del mundo exterior.
En una habitación, en la cual habían ocurrido muchos acontecimientos de su vida, una joven mujer yacía sobre la gran cama de algarrobo. No dormía, sino que sus ojos estaban abiertos de par en par mirando a la nada, y lágrimas secas continuaban plasmadas sobre sus mejillas.
Había llorado toda la noche, sin poder conciliar sueño luego de tres días, lo cual provocaba que grandes ojeras comenzaran a  aparecer debajo de sus dos soles verdes. La razón de su insomnio era el dolor de su corazón roto, cosa para lo que ella no había estado preparada para soportar. Aunque en realidad, nunca nadie lo esta.
Un suspiro sale de su boca. Decide levantarse y mirar el reloj. Marcaba las 9 de la mañana y su estomago, de repente, gruñe. No había comido ni bebido desde hace tres días, por lo que a regañadientes decide consentir a su organismo.
Se dirige hacia la cocina y prepara un pan tostado acompañado de un café, solo eso le apetecía. Luego de tener todo listo, se sienta en silencio en una mesa y, sin previo aviso, su mente comienza a pensar nuevamente en él.
De sus ojos comienzan a brotar pequeñas lágrimas acompañadas por sollozos y palabras sin auditorio.Su mano tiembla mientras sostenía la taza llena de café, pero esta no se vuelca. Trata de calmarse. Come un bocado más de aquel pan tostado aunque en su boca todavía podía sentir el sabor agrio de sus lágrimas derramadas. De repente, se levanta dejándolo todo donde estaba y se dirige hacia la habitación en la que se encontraba minutos antes.
Al entrar allí, va directo hacia su armario y saca una pequeña caja color rosa. "Fotografías", se podía leer en su tapa. Luego, va hacia la cama y se sienta sosteniendo en su mano la caja. Comienza a buscar en el interior de la misma y segundos después, logra encontrar lo que quería.Sobre sus pequeñas y suaves manos, ahora sostenía una pila de fotos digitales tomadas tiempo atrás. Temblorosa comienza a verlas una por una, y pequeñas lágrimas brotan de sus ojos nuevamente.
Su primer viaje juntos. Cuando se graduaron. La primer mascota que quisieron cuidar juntos. Cuando él le propuso matrimonio. El carro nupcial que ambos eligieron para su casamiento. Hermosos recuerdos que ella había soñado desde niña, pero bajo todo esto una mentira siempre estuvo oculta. Sin embargo, ella la descubrió aunque esto no quita que su corazón ya este roto.
Para de mirarlas, de recordar. Respira un  momento tratando de que aquellas gotas agrias que salían de sus ojos cesen. Suspira y mira hacia un lado de la habitación. Una chimenea se hallaba allí. Luego, toma las fotografías que hasta hace un momento miraba y se dirige allí.
El fuego danzaba alegremente y parada ella observa el espectáculo un segundo. De repente, arroja las fotografías a las llamas, algo que no había pensado en incinerar nunca.
Quería olvidar. Lo necesitaba y a partir de ese momento trataría de no sufrir. Su corazón estaba roto, lo sabía, pero nadie le impedía COMENZAR DE NUEVO...